sábado

INCUMPLIR

Me encontraba en la posición cómoda que solo brinda una silla de consultorio odontológico, exponiendo mis vergüenzas bucales ante el desconocido de turno, con una luz que alumbraba toda mi cara y solo me dejaba observar las imperfecciones faciales que había dejado la adolescencia de aquel perito que valoraba cada una de las 32 piezas que le exponía

Perito: ¡muy bien! (mientras llenaba unos formatos) no hay caries pero hay que realizar una pequeña limpieza, mmmm, mire aquí esta su recibo, por cierto ¡feliz cumpleaños!

Yara: (Con la boca sabiéndole a guante) ¿Cómo?

P: Que feliz cumpleaños, aquí dice que usted cumple hoy.

Y. Ahhhhh, gracias.

Los que me conocen sabe que tiene más sabor un plato de peto sin panela que yo para las celebraciones, es tanta la apatía hacia dicho día que mi círculo de familiares y amigos se ha contagiado, hasta el punto de olvidarse por completo o recordarlo unas semanas después, incluso en épocas decembrinas muchos salen con el apunte “ole, Yara cuando fue que cumplió”

Mi apatía, es el resultado de darme cuenta que cumplir años en este país es un delito, en la niñez nunca se tiene la edad suficiente para subirse a ciertos juegos o entrar al cine, a ver películas que no sean de matiné, en la adolescencia nunca se es tan grande para hacer ciertas cosas y se es muy chico para otras, en la franja de los 20 nunca se es lo suficientemente maduro o preparado para asumir ciertos cargos y responsabilidades, los 30 son la alarma para trabajar y asegurar su futuro económico, los 40 y más allá es un acto osado y por demás atrevido de su parte si no posee una estabilidad económica.

Aunque estoy en esa pequeña y delicada franja de los 20, uno sabe cuando está madurando y empieza a ser un adulto joven, sobre todo porque se empieza a ver la vida de otra forma y las vainas que antes hacía con total libertad, van disminuyendo su frecuencia y son remplazadas por otras en las cuales nunca llego a imaginar estar involucrado, ej: salida a rumbear, con borrachera, pelea y amanecida en motel o en su efecto en la U.P.J es remplazada por Baby swear, de la compañera de trabajo, o celebrada de 25 años de matrimonio de la hermana de la prima de la mujer del mocho.

Así luzco ahora ¡adiós melena!

Los años pasan a una velocidad increíble y los cargos a los que antes aplicaba por su edad pueril, ahora son inconcebibles, en otros casos será cuestionado por ocupar otros, en los cuales se desempeñaban personas de muchos años de edad y experiencia. El cumplir años lo único que sirve es para excluirte de muchas cosas, claro no faltara el que piensa que la juventud está por dentro y lo importante es buscar el niño interior que hay en uno y la vaina, pero señores, un cucho de cabello largo y blanco como la sal, asumiendo el rol de hippie loco de mente abierta, seduciendo chiquillas… desencaja un poco, o la señora que prefiere troncar su circulación a consecuencia de lucir ese jean de juvenil bastante apretado, que tiene que buscar ayuda de esposo e hijos para poder caber en el.

Es el cochino y vil proceso que todos debemos asumir y vivir, donde cada vez se irá deteriorando ese chico que jugaba con carritos y a la nena que soñaba con sus Barbis, cumplir años es una mierda, un paso hacia la muerte con un cuerpo que se debilita y de ñapa se acompaña de insufribles achaques, por eso, en lo posible intentare olvidar dicha fecha, tal vez lo único que hay para celebrar es la osadía de sobrevivir en este país donde en cualquier momento lo pueden apuñalarlo por un celular, secuestrar, encontrarse en el camino de una bala perdida, ser desmembrado por una mina, desplazado, atropellado por un faraón del volante al pasar una calle y como es costumbre dejado a su suerte, violado por un grupo de chúcaros… (podemos continuar con las que usted quiera situar aquí), por eso.

¡Feliz no cumpleaños!